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DIARREA DESPUÉS DEL TRATAMIENTO CON ANTIBIÓTICOS
El tratamiento con antibióticos es bastante frecuente pudiendo conllevar una alteración del equilibrio de la flora intestinal que se manifiesta como diarrea (aumento en volumen y número de las deposiciones, junto con disminución de su consistencia habitual) y dolor cólico abdominal.
¿Qué es la flora intestinal?
La flora intestinal es el nombre con el que se conoce a los cientos de billones de bacterias que habitan en nuestro sistema digestivo, alguna son “buenas” y otras “malas”. Esta comunidad bacteriana es imprescindible para el correcto desarrollo y mantenimiento del cuerpo, y nuestra salud puede verse condicionada si existe un desequilibrio entre las bacterias que integran la flora intestinal. Hay muchos factores que pueden alterar la flora intestinal entre los que se encuentran algunos tratamientos con antibióticos. Y cuando existe un desequilibrio en la flora intestinal pueden aparecer molestias digestivas.
¿Qué es la diarrea asociada a antibióticos?
Cuando se emplean antibióticos se puede producir una destrucción de las bacterias buenas y secundariamente un crecimiento desproporcionado de las bacterias perjudiciales, lo que conlleva la aparición de heces blandas/acuosas que pueden provocar irritación de la zona perianal, distensión y dolor abdominal. Esta diarrea por uso de antibióticos es bastante frecuente (puede darse en 1 de cada 4 personas) y no sólo aparece durante el tratamiento, sino que puede darse hasta seis u ocho semanas tras finalizarlo.
¿Cómo se puede prevenir la diarrea por antibióticos?
Uno de los pilares más importantes es evitar el uso indiscriminado de antibióticos, algo muy habitual, especialmente en la edad pediátrica debido a los múltiples procesos infecciosos que suelen tener los niños. Es importante recordar que la mayoría de estos procesos son virales y sólo precisan medidas sintomáticas (antitérmicos, hidratación, etc.); los antibióticos no sirven para eliminar los virus y su uso inadecuado de forma repetida puede alterar las bacterias de la flora intestinal empeorando el sistema inmune y provocando diarreas.
En caso de ser necesario el uso de antibióticos, la administración conjunta de probióticos o simbióticos (una asociación de uno o más probióticos con uno o más probióticos) podría ser útil para prevenir la aparición de diarrea, porque aumentan el número de bacterias anaerobias beneficiosas para el intestino y disminuyen las potencialmente patógenas. También ejercen su acción estimulando los mecanismos de defensa en la mucosa y compitiendo con los patógenos. Estos efectos beneficiosos van a depender de las cepas que contienen.
¿Cuándo debo consultar al pediatra (o ir a Urgencias) si el niño tiene diarrea? Signos de alarma.
Los bebés y los niños pequeños se deshidratan más fácilmente que los adultos; y un niño se puede deshidratar ya sea por una baja ingesta de líquidos o por una pérdida excesiva de los mismos, por ejemplo, en caso de vómitos, diarrea o fiebre. La diarrea infantil se puede manejar en el domicilio siempre que se garantice un adecuado aporte de líquido vía oral, que evite la deshidratación. Deberán consultar con el pediatra si las pérdidas son excesivas (heces frecuentes y voluminosas) y no se consiguen reponer con suero de rehidratación y/o vómitos de repetición. También debe acudir para la valoración médica si aparecen signos de deshidratación, tales como boca pastosa o seca, micciones escasas, pérdida de peso, decaimiento, ojos hundidos y ausencia de lágrimas. Otros signos de alarma son heces con sangre, mal estado general o fiebre elevada.
Si la diarrea se mantiene durante más de dos semanas deberá ser valorada por un pediatra y/o gastroenterólogo infantil.
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